Cómo traducir tu propuesta de valor a lenguaje que tu cliente entienda
Tu propuesta de valor (PV) es el corazón de tu marca. Es la razón por la que existes en el mercado, lo que te diferencia, lo que hace que alguien te elija a ti y no a la competencia. Es el hilo conductor que une tu producto, tu mensaje y la experiencia que ofreces. Sin embargo, aquí está la trampa: no basta con tenerla clara internamente. Puedes tener el mejor servicio, el precio más competitivo o el enfoque más innovador, pero si tu cliente no lo percibe, no existe. Una propuesta de valor solo tiene fuerza cuando es comprendida, recordada y repetida por tu audiencia.
En el mundo del marketing digital, donde cada scroll compite por atención, la claridad es más poderosa que la creatividad vacía. Muchos negocios cometen el error de esconder su propuesta de valor detrás de frases bonitas, tecnicismos o conceptos vagos que suenan bien pero no comunican nada. Y el resultado es siempre el mismo: usuarios confundidos, mensajes que no calan y campañas que no convierten. La clave no está en decir más, sino en decir mejor.
Traducir tu propuesta de valor al lenguaje del cliente no es simplificarla hasta lo superficial, sino hacerla tangible. Es responder, en segundos, tres preguntas que toda persona se hace al conocer una marca: “¿Qué haces?”, “¿Qué gano yo?” y “¿Por qué debería confiar en ti?”. Cuando una marca logra que esas respuestas se entiendan sin esfuerzo, empieza a construir conexión, credibilidad y preferencia.
Por eso, en este artículo vamos a explorar cómo transformar una propuesta de valor interna en un mensaje externo que impacte. Veremos los errores más comunes que impiden que tu PV funcione, los principios que la hacen memorable y cómo puedes validarla con datos reales, no con intuición. Porque al final, la diferencia entre una marca que pasa desapercibida y una que conquista está en algo tan simple —y tan difícil— como saber comunicar lo esencial sin perder la esencia.
Conoce a tu cliente mejor que a tu producto
Antes de intentar comunicar tu PV, asegúrate de que sabes quién es tu cliente:
¿Qué problemas tiene?
¿Qué busca solucionar con tu producto o servicio?
¿Qué palabras usa para describir su situación o sus frustraciones?
Ejemplo: un CRM para pymes puede ser “robusto y escalable”. Pero el dueño de un pequeño negocio probablemente entenderá mejor: “Organiza todos tus clientes y tareas en un solo lugar sin complicaciones”.
Tip: Haz entrevistas, encuestas o escucha comentarios de clientes. El lenguaje de ellos es el que debes usar.
Prioriza beneficios sobre características
A menudo las empresas hablan de lo que hacen, no de lo que resuelven. Los clientes quieren saber cómo mejorará su vida o negocio, no la tecnología que hay detrás.
Ejemplo:
❌ Característica: “Nuestra app tiene notificaciones automáticas para seguimiento de leads.”
✅ Beneficio: “Nunca perderás un cliente potencial porque siempre recibirás recordatorios a tiempo.”
El truco está en responder a la pregunta: “¿Qué gano yo con esto?”.
Usa palabras simples y directas
No hay nada más frustrante que una propuesta de valor que suena a jerga técnica o marketing vacío. Frases largas, adjetivos rebuscados y conceptos abstractos confunden.
Solución:
Usa frases cortas.
Evita acrónimos o términos internos.
Prioriza verbos de acción y resultados claros.
Ejemplo: “Optimiza tu estrategia digital y consigue más clientes sin esfuerzo” suena más directo que “Soluciones integrales de marketing digital para maximizar la conversión”.
Cuenta una historia rápida
Una buena manera de traducir tu propuesta de valor es ponerla en contexto mediante microhistorias. No necesitas un caso completo; basta con que el cliente se imagine usando tu producto.
Ejemplo:
“Juan solía perder pedidos porque no llevaba un control unificado de sus clientes. Desde que usa nuestro sistema, todo está en un mismo lugar y ahora cierra un 30% más de ventas cada mes.”
Esto ayuda al cliente a ver el beneficio en acción.
Prueba y ajusta
Tu propuesta de valor debe ser viva, no algo escrito y olvidado. Publica tu mensaje en redes, web o emails y observa cómo reacciona la audiencia. Si no hay interacción o conversiones, probablemente el lenguaje no conecta.
🎯 Tip: A/B testing en headlines, emails o landing pages puede mostrar qué palabras resuenan mejor.
Conclusión
Traducir tu propuesta de valor no significa simplificar tu negocio, sino hacerlo comprensible y relevante para tu cliente. Cuando hablas en su idioma, demuestras que entiendes su problema y tienes la solución.
En Oferplay trabajamos con nuestros clientes para transformar mensajes complejos en propuestas claras, directas y memorables, que generan confianza y aumentan las conversiones.
Contacta con nosotros si quieres que te ayudemos.